Inmersos en este arte empezamos a reconocer el significado de nuevas palabras como por ejemplo «senpai». Sabemos que siempre hay alguien, que por estar mucho mas tiempo en este camino, con mas conocimiento, muchas veces nos sirve de guía o referente mostrándonos una línea de trabajo a seguir. Esta entrevista nos brinda conocimiento acerca de como es habertransitado mas «allá» de lo que nosotros transitamos dándonos esa motivación para llegar a ese lugar qeu vemos lejos.
Shidoin Omar Parma es el alumno mas graduado del Centro de Difusión del Aikido, en está entrevista nos cuenta su perspectiva y su conclusión de lo que significa ser el «senpai».
Cuéntenos cual fue el motivo que hizo que ud. se acercara al Aikido?
Yo trabajaba en un comercio que vendía sanitarios y materiales de construcción y un día vino nuestro maestro el Shihan Masafumi Sakanashi a comprar unos repuestos sanitarios. Luego de mostrarle lo que necesitaba, me preguntó si tenía canto rodado de tamaño grande, esta pregunta me llamó la atención porque en construcción se utiliza canto rodado de tamaño pequeño así que le pregunté para qué lo utilizaba. Me respondió que necesitaba unas pocas piedras y que las quería para «cortarlas». Imaginé que haría artesanías y le pregunté que elemento utilizaba para cortarlas, a lo que contensto «…con las manos». No le creí y fijamos un día para que yo consiguiera las piedras y el haría la demostración. Llegó ese día y me demostró que sí podía hacerlo. Como me di cuenta que lo había logrado sin utilizar fuerza deduje que el hecho tenía relación con el arte marcial que enseñaba así que ese mismo día estaba presenciando una clase de Aikido. Cuando me fui interiorizando acerca de qué objetivos perseguía y cual era su fin, me di cuenta que yo debido a mi carácter y forma de encarar la vida, de alguna manera había estado haciendo Aikido sin saberlo. Desde ese día hasta la fecha lo he practicado permanentemente.
A que se dedica en este momento?
Estoy retirado, solo dicto clases de Aikido.
Sin duda alguna, el ser el senpai del CDA confiere una responsabilidad muy grande. Como maneja o como es su ralación con respecto esto?
Es la misma responsabilidad que asumí el primer día que pisé un tatami de Aikido, me refiero al compromiso que tomé conmigo y el camino que iniciaba. Mi único objetivo fue el tratar de mejorar falencias que debía corregir para sentirme mejor. Mi única virtud es haber sido perseverante, en el camino han quedado cientos de personas.
En cuanto a mi responsabilidad de senpai con relación a terceros trato de mostrarme tal cual soy, con virtudes y defectos y transmito el Aikido tal como yo lo siento, tratando de rescatar de cada técnica la manera de resolver los conflictos cotidianos y no como la resolución de un conflicto estrictamente marcial.
No pretendo ser ejemplo de nadie; si puedo servir a alguien, puede contar conmigo y si cometo un error estoy dispuesto a escuchar las críticas, de hecho lo hago con mis alumnos.
En definitiva, trato de no crear falsas expectativas, de mostrarme tal cual soy, porque ser senpai no significa ser mejor que nadie pero sí nos obliga a mejorar un poco cada día.
Ud. y su organización ocupan la zona sur, tiene cinturones negros a su cargo; Casi siempre su nombre aparece de forma directa o indirecta en todas las actividades del CDA. Cual es su opinión al respecto del crecimiento que ud. tiene como organización dentro de la escuela y de la escuela misma?
No hay ningún secreto, simplemente llevo más de veinticinco años en esta disciplina.
Al comparti tanto tiempo junto a este arte y a la organización conoce mas que nadie el trabajo de difusión de Shihan Sakanashi desde su llegada a la Argentina hace casi treinta años. Cuéntenos un poco los cambios que sufrió el CDA (en cuanto a las técnicas, la política, los eventos) y como enfrentaron la distintas dificultades
Shihan Sakanashi era muy joven y tenía un montón de ideales y objetivos por realizar, con la voluntad férrea que lo caracteriza los fue logrando, dejando en el camino muchos escollos.
En lo referente a las técnicas, si bien siempre fueron cerradas, creo que antes lo eran más aun y más potentes debiendo el uke cuidarse permanentemente. También se nos exigía un mejor estado físico. Cuando se hacía n seminario, se comenzaba a las ocho horas saliendo a correr cinco kilometros más o menos y luego nos encerrábamos en el dojo todo el día a practicar hasta el anochecer, parando una hora al mediodía para almorzar.
Los seminarios de invierno comenzaban a las seis a.m. o antes. De la intensidad de la práctica padecí dos fracturas de clavícula, una de tabique nasal y luxaciones en dedos de manos y pies. No es bueno porque con el tiempo el físico nos pasa factura.
Para difundir el Aikido nos pasábamos viajando o haciendo exhibiciones continuamente y como éramos pocos nos requería mucho tiempo y dedicación.
En lo concerniente a la faz política nunca fue un objetivo al vincularme con Aikido, así que no puedo hablar sobre el tema.
Sobre cambios en el funcionamientos del CDA. Se podría ejemplificar de la siguiente forma. Imaginemos una pequeña cooperativa donde sus integrantes tenían derechos y obligaciones y se iterrelacionaban para su funcionamiento, y ahora imaginemos una gran empresa con un directorio y pequeñas franquicias diseminadas por el país, existiendo por supuesto obligaciones y derechos.
En todo proyecto, antes de llegar al objetivo, se presentan dificultades. Por suerte se fueron superando. Algo que recuerdo nos afectó mucho fue cuando dejamos de pertenecer a Hombu Dojo. En ese momento nuestro Shihan nos dijo «…A partir de hoy tienen dos opciones; cambiar de maestro y seguir vinculados con Hombu Dojo o seguir conmigo y obtener titulo nacional solamente».
En mi caso yo me inicié en Aikido por el arte en sí y por quien me lo transmitía, así que segui con el Shihan Sakanashi, otros como yo hicieron lo mismo. Pero una gran mayoría cambió de maestro. Muchos de los que se fueron con otro maestro ya antes lo habían hecho para venir al CDA, y luego tuvieron muy poco honor u orgullo y regresaron a su antiguo maestro sólo por obtener un diploma internacional.
No significa esto que no tenga un gran valor el reconocimiento de Hombu Dojo, lo que quiero remarcar es el poco valor que ciertas personas le dan a la lealtad, el agradeciemiento y el respeto a la persona por la persona en sí misma.
Al comenzar cualquier cosa con proyecto a futuro el principo se nos hace pesado y duro como podemos ver según lo que ud. contó. Y al final remarca la importancia de valores humanos, no solo de Aikido. Cree que al final de todo esto es lo que importa y lo que debiera de prevalecer?
Siempre en todo proyecto hay un mentor, alguien que inicia un movimiento con un objetivo personal o social y es esa persona la base para la concreción de esa propuesta, pero la misma no se materializa sin la participación de otros.
O’Sensei ha sido un gran maestro pero ¿Qué hubiese sucedido si nadie se hubiera acercado a él para aprender sus enseñanzas? Simplemente Aikido no existiría.
Gracias a esa inter relación humana, Aikido es aprendido y retransmitido a otros y lo será por siempre. Debemos gratitud hacia quien nos enseñó el camino, pero también debe gratitud quien enseña el camino.
Es un eterno compartir, una de las mejores actitudes en la relación humana. Aikido es una disciplina y toda disciplina forma y transforma. Compartir, formar, transformar ¿No son los valores humanos los que prevalecen?
En un momento tuvo que enfrentarse a un problema de salud y pasó por una cirugía. En el momento de recuperación le surgió algo de lo aprendido en Aikido
Con relación a mi salud en realidad fueron dos situaciones incómodas que pasé.
La primera fue un problema articular; exactamente artritis reumatoidea. Puede imaginarse que hacer Aikido con las articulaciones inflamadas y doloridas no es fácil y cuando digo dolor es DOLOR. Por suerte en la actualidad está bastante controlado, manifestándose de vez en cuando.
La segunda un infarto, terapia intensiva y seis By Pass o puestes coronarios. Todo esto sin haber tenido ningún antecedente previo, es decir que de un día para otro mi vida cambió ciento ochenta grados. Supongo que lo aprendido durante muchos años de práctica de Aikido me ayudó a aceptar la situación y aceptar el desafío, así que cuatro meses después estaba nuevamente sobre un tatami.
Para finalizar manifiesto que me siento muy orgulloso de ser una pequeña parte de la historia de Aikido en el CDA ya que no debemos olvidar que todos de alguna manera contribuimos con este objetivo, porque cada uno que pisa un tatami ya ha dejado su huella en esta hermosa historia llamada Aikido y cuantas más veces subamos a los tatamis más profunda será la huella que dejamos.
No conozco mucho en lo que respecta a la recuperación de una operación del tipo que ud. paso; pero 4 meses después de la operación estar en un tatami me parece muy rápido. Muchos de los practicantes (los que mas cerca suyo suelen estar) decían que visiblemente su energía se había renovado, que incluso estaba «más alegre y jovial». ¿Cuál fue su sensación?
El 7 de noviembre de 2001 fue mi intervención quirúrgica, el 11 de noviembre me dieron el alta. En febrero del año siguiente me fui de vacaciones y en marzo estaba sobre un tatami de Aikido.
En lo que respecta a la renovación de mi energía es probable, no olviden que tenía el carburador reparado a nuevo.
Y sobre mi alegría y jovialidad puede ser ya que al estar tan cerca de pasar al «otro lado», y ver que otros compañeros de cuarto en el hotel «Terapia intensiva» lo lograban, me decidío a tomar la vida un poco menos seriamente.
Entre las entrevistas hechas a otros senpais algo en común aparece. Es el equilibrio difícil entre técnica marcial y el trabajo interminable de mejorar como persona. A pesar de las diferencias, cree ud. que es una característica de los mayores graduados del CDA?
Creo que la búsqueda es una característica de muchas personas que practican Aikido, no sólo de los senpais. Has encontrado está coincidencia porque es a quienes has entrevistado.
Pero no todos tienen ese objetivo, como siempre digo somos el resultado de nuestra historia individual y muchos canalizan sentimientos que no son tan altruistas.
Muchas gracias por su tiempo.
Daniel Fernández
Centro de Difusión del Aikido
MISOGI DOJO